Blog de Amaia

Una carta para ti abuela

Abuela,

 

Lo siento, duele, duele despedirse, duele soltar.

El descanso es necesario y merecido pero, parece imposible pensar que ya no estás, que no compartiremos más, no habrá más palabras, ni miradas ni te  volveremos a coger la mano. Esa mano delicada, frágil como la vida y suave, llena de experiencias vividas. Porque a veces no hace falta nada más, sólo dar la mano, acompañar, estar, ser.

 

Ni siquiera el cansancio podía con tu fuerza, ni con tu humor, tu capacidad de sonreir por algún pequeño detalle a pesar de todo. Costaba pensar que algún día te irías, siempre estabas ahí, en tu casa, pasara lo que pasara tu permanecías. Creo que las cosas suceden cuando y como deben suceder, entendamos o no entendamos, queramos o no. La vida no  es algo que podamos controlar, sólo podemos vivirla y encontrar la felicidad en aquellas cosas que a cada uno/una nos hagan despertar, nos hagan sentirnos afortunados y afortunadas de estar vivos y vivas. Los pequeños detalles de nuestras vidas, los momentos, el compartir y las sonrisas. Me has enseñado a respetar el momento vital de cada persona, sus circunstancias, no sentirme con el derecho de poder cambiar a los demás, ni juzgar su manera de vivir. Me has enseñado a aprovechar cada momento de mi vida con sus características, a vivir profundamente sabiendo que nada es para siempre, que todo cambia. Ójala yo algún día también pueda enseñarlo.

 

Perdón, quizá porque cuesta despedirse, porque te queríamos aquí y cuesta aceptar la vida tal cual viene. Una abuela es alguien que sabes que está ahí, que no cambia, que ha vivido mucho y ya está de vuelta. Alguien que nos da raices y nos sorprende con sus historias de otros tiempos, que a veces parecen tan exóticos y lejanos, aunque sólo nos separen dos generaciones, alguien que nos ayuda a entender de que trata todo esto que llamamos vida. Perdón por pensar que estarías siempre, por resistirnos a soltarte.

 

Gracias por que has tenido una vida larga, porque hemos podido compartir mucho contigo. Una vida completa, llena de experiencias y de familia que te ha querido y te ha cuidado como lo merecías.

 

Gracias por haber sido parte de nuestra vida.

 

Has emprendido un viaje que nosotros no podemos entender, que solo podemos respetar, respetar los ciclos y la vida. Pero como cada persona que queremos en nuestra vida seguirás aquí, permanecerás entre nosotros, no solo en los recuerdos, en nuestra mente, sino también aquí, en nuestro cuerpo, en nuestro corazón. Gracias porque somos diferentes por haberte tenido en nuestras vidas, porque ya estás incorporada en nosotros.

 

Coloco la mano en el centro del pecho,  cierro un momento los ojos y  sé que seguirás siendo parte de nosotros.

 

Te quiero abuela

Te dejo ir, buen viaje

 

 

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